Realizar la excursión a la Ciudad Perdida ha sido el mayor esfuerzo físico que he realizado jamás, pero la recompensa ha merecido la pena.
Son 5 días de caminata entre 5 y 6 horas diarias por la selva colombiana, con tramos de fuerte subida que hicieron que sudase como nunca en mi vida. Cierto que mi condición física no es la mejor y para otra persona puede ser un paseo por el campo, pero para mí fue durísimo.
Tuve la suerte de ir con un buen guía que nos daba fruta constantemente que hizo que el "paseo", fuese más llevadero.
Fue toda una experiencia poder visitar uno de los reductos de la cultura Tayrona, cultura precolombina ya desaperecida, más innacesibles. La Ciudad Perdida se encuentra en la Sierra Nevada de Santa Marta. Para poder llegar a ella hay que subir 1.200 escalones.
Fue una experiencia no sólo por el hecho de descubrir ese lugar mágico sino por el hecho de estar en contacto con la selva colombiana y poder admirar la abundante y colorida vegetación y las maravillosas vistas que ofrece.
Ha sido una aventura, por tramos disfrutaba como un enano por el hecho de ir abriendome paso entre grandes piedras o por caminar por una estrecha vereda por la selva rodeado de inmensos árboles. Tuvimos que cruzar 9 veces el río Buritaca, el agua te llegaba a las rodillas, lo más a la cintura pero sientes que estás viviendo una gran aventura.
El viaje es duro, muy duro, por lo menos para un servidor, pero merece la pena y todo el sudor derramado se compensa cuando estás allá arriba.
Quién tenga la oportunidad que busque y encuentre la Ciudad Perdida.
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