He tenido la suerte de que mi estancia en México coincidiese con la disputa del Mundial.
La gente vive el fútbol con una pasión fuera de lo normal, en cada puesto callejero de comida o pequeño comercio tienen su pequeña televisión o radio para seguir el Mundial.
Hoy México jugaba contra Francia y que mejor lugar para ir a verlo que al Zócalo capitalino. Yo esperaba que hubiese mucha gente, pero sinceramente no tanta, llegué con casi 1 hora de antelación y la plaza ya estaba prácticamente llena.
Niños, personas mayores, jóvenes, hombres enchaquetados, todos estaban allí, esperando que el partido comenzáse.
Paseando por la calle ya notabas el ambiente, casi todo el mundo iba con su camiseta de México, en los locales, en los puestos callejeros, en el metro.
Todo ello rodeado de unas medidas de seguridad extremas, había casi la misma cantidad de policías que de aficionados. Unos 500 metros antes de llegar al Zócalo ya había controles policiales.
México consiguió ganar y marcar 2 goles y poder vivir esa pasión en esa plaza es algo único. Ver la 2 plaza más grande del mundo repleta de gente y vibrando con su selección es impagable.
En el momento de los goles mexicanos casi tiembla el suelo, todos gritaban, saltaban, estaban felices.
Al terminar el partido, todos los coches con la bandera de México, tocaban sus bocinas sin parar, una fiesta total a las 15:30 de la tarde.
Me alegra de estar en México y poder vivir el Mundial en este país que vive con tanto ilusión el fútbol.
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